70 años de derechos humanos, pero continúa el escándalo del agua, el saneamiento y la higiene

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Image: WaterAid/ Ernest Randriarimalala

Si bien los Objetivos de Desarrollo Sostenible relativos al agua, el saneamiento y la higiene han sido el principal foco de atención este año, se ha seguido negando a miles de millones de personas el disfrute de esos derechos humanos. "Es un escándalo", escribe Savio Carvalho, Director de Campañas Globales en WaterAid UK.

Un día durante la ola de calor de este verano en Londres, el hecho de que por un problema técnico nos quedáramos sin agua en los grifos e inodoros —una situación sumamente rara— fue motivo de bromas irónicas.

Esta falta de agua y saneamiento en nuestra oficina, aunque fugaz, causó algunos trastornos. El personal se debatió entre aguantar el día sin agua corriente ni aseos, y muchos decidieron trabajar a distancia. No podíamos imaginarnos funcionando en un lugar donde no estuvieran cubiertas nuestras necesidades esenciales.

El agua limpia y un saneamiento decente en los lugares de trabajo, las escuelas y los centros de salud son esenciales para una fuerza de trabajo productiva y una sociedad sana, próspera e igualitaria. A una escala más amplia, hay pruebas que demuestran los beneficios socioeconómicos de la inversión en agua, higiene y saneamiento (WASH) —para los individuos, las sociedades y las familias como la de Perline, que se muestra arriba a la izquierda—. Son esenciales para construir el capital humano que el Banco Mundial indexó este año.

Pero más fundamentalmente, el acceso al agua potable, el saneamiento y la higiene es un derecho humano estrechamente vinculado a la dignidad de las personas. Como ha expresado la Asamblea General de las Naciones Unidas, el disfrute de este derecho es esencial para el de otros derechos humanos.

Un escándalo y una negación

En 2015, los líderes mundiales se comprometieron aún más al aprobar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), una ambiciosa agenda para la gente, el planeta y la prosperidad. Cada año, los gobiernos revisan el progreso de cada país en relación con los ODS, incluidos los avances globales en temas específicos. En 2018, los gobiernos, los organismos de la ONU y el sector privado revisaron los avances en materia de agua, saneamiento e higiene; y las estadísticas, muy preocupantes, revelaron un panorama desolador.

La alarmante realidad es que 844 millones de personas todavía no disponen de agua limpia cerca de casa, y casi una de cada tres no tiene un inodoro decente propio. Esto equivaldría a que aproximadamente las poblaciones combinadas de Estados Unidos, Brasil, Nigeria y Etiopía vivieran sin el derecho humano de acceso a agua limpia.

Alrededor de 289.000 niños menores de cinco años mueren cada año por enfermedades diarreicas directamente relacionadas con el agua sucia y el saneamiento deficiente. Esto significa que diariamente mueren casi 800 niños, uno cada dos minutos. Esto es más que una crisis mundial de WASH. Es un escándalo. Es la negación del derecho a la vida.

Traducir palabras en acciones...

La gente común necesita algo más que resoluciones, declaraciones o revisiones; necesita medidas urgentes. Necesita que las palabras se traduzcan en un impulso político a nivel nacional y local. Y necesitan que este impulso se refleje en la priorización del WASH por parte de los gobiernos nacionales, los organismos de las Naciones Unidas, los donantes bilaterales y multilaterales, las instituciones financieras internacionales y el sector privado. No se debe permitir que ninguna escuela, centro sanitario o fábrica continúe sin servicios adecuados de agua, saneamiento e higiene.

Además es necesario invertir en la buena gobernanza, que incluye el fortalecimiento de sistemas y capacidades en el sector de Wash. Y se necesitan instituciones responsables, para que la gente pueda exigir servicios y que se respeten sus derechos humanos. Esto incluye a la sociedad civil, los medios de comunicación y los organismos de rendición de cuentas como el poder judicial, los parlamentos y los oficiales de fiscalización.

... y financiar las acciones

La inversión en WASH no solo es esencial sino rentable. La Organización Mundial de la Salud estima que el total de pérdidas económicas mundiales causadas por deficiencias en los servicios de abastecimiento de agua y saneamiento asciende a US$260.000 millones al año. Y por cada dólar que se gasta en agua y saneamiento, se obtienen una ganancia promedio de cuatro cuatro dólares en aumento de la productividad y reducción de los costos de salud. Las sumas nos parecen obvias.

Una sociedad sana significa múltiples beneficios económicos, sociales y ambientales para el desarrollo humano, mejores resultados en términos de salud, nutrición, educación, género y medios de subsistencia, y mayor resiliencia de las comunidades al cambio climático. Los efectos de onda son inconmensurables.

Este Día de los Derechos Humanos conmemora el 70º aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, un documento hito en el que se proclaman los derechos inalienables a los que toda persona tiene derecho intrínsecamente como ser humano. Tenemos que defender nuestros propios derechos y los de todos los humanos. Depende de cada uno de nosotros hacer realidad los derechos. Necesitamos #Standup4HumanRights: defender la igualdad, la justicia y la dignidad humana.

Así que cada vez que beba agua limpia, use un inodoro decente o se lave con jabón, piense en los muchos a los que se les niega el disfrute de estos derechos.

Esto no puede continuar. Es una cuestión de dignidad o humillación, salud o enfermedad, pobreza o prosperidad. Y, sobre todo, de vida o muerte.