Fomento de un nexo entre la microfinanciación y el agua, saneamiento e higiene para apoyar una recuperación sostenible del COVID-19

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A girl crouching to feed chickens in rural Bangladesh
Image: WaterAid/Drik/Habibul Haque

¿Cómo podemos combinar las intervenciones tradicionales en materia de agua, saneamiento e higiene con enfoques de microfinanciamiento para ayudar a los hogares de bajos ingresos a obtener servicios sostenibles? El director deWaterAid Bangladeshy el ex Jefe de Programas de WaterAid en Bangladesh comparten su experiencia en la prueba piloto de un plan de microfinanciamiento de WASH.

El microfinanciamiento y el WASH (agua, saneamiento e higiene) pueden no parecer la mejor combinación. Los proveedores expertos de WASH en intervenciones de desarrollo han propugnado por el acceso a estos servicios como un derecho fundamental, que a menudo se prestan gratuitamente o con subvenciones (totales o parciales) a los hogares de bajos ingresos. En su opinión, los hogares de bajos ingresos no deberían tener que invertir directamente en WASH a través de préstamos con intereses de mercado.

Por el contrario, el microfinanciamiento suele ayudar a los hogares de bajos ingresos a hacer frente a crisis tales como emergencias familiares o pérdidas de ingresos, y ha proporcionado acceso a capital para iniciativas o pequeñas empresas como las de venta de comestibles y cría de aves de corral o de ganado mediante préstamos u otros productos financieros en términos asequibles. Y el microcrédito se considera un tipo especial de intermediación financiera, no una caridad basada en subvenciones. Al parecer, la brecha entre los dos enfoques ha disuadido a cualquiera de las partes de explorar los beneficios de combinarlos satisfactoriamente.

Complementariedad del microfinanciamiento y el WASH

Podría buscarse una solución amalgamándolos sin alterar sus objetivos. Si bien el microfinanciamiento inclusivo debería seguir apoyando con servicios financieros innovadores para agua, saneamiento e higiene a las comunidades desfavorecidas, los proveedores de WASH pueden considerar un plan viable de salida que permita a la gente mantener el equipo y las prácticas seguras después de las subvenciones. Esta sostenibilidad sigue siendo un reto para los proyectos WASH.

Los proyectos de WASH convencionales se han centrado principalmente en intervenciones de hardware, que son simplemente inversiones de capital de una sola vez. La operación y el mantenimiento se han limitado a grupos de usuarios comunitarios o comités de gestión, sin medios sostenibles de financiamiento. Como resultado, a menudo vemos que cuando los grifos y los inodoros dejan de funcionar después de un proyecto, la comunidad tiende a esperar asistencia externa incluso para reparaciones menores, ya que ha estado acostumbrada a ese apoyo durante años. Esta actitud de dependencia y falta de sentido de propiedad funcional plantea la gran pregunta: ¿cómo garantizamos la sostenibilidad a largo plazo?

Sayra Begum lavándose las manos con jabón junto a la letrina cerca de su casa en Sunamganj Tahirpur, Bangladesh.
Sayra Begum lavándose las manos con jabón junto a su letrina en Sunamganj Tahirpur, Bangladesh. El comité de la pueblo recaudó dinero para los baños de los residentes, pero los lugareños todavía tienen dificultades para acceder al agua.
Image: WaterAid/ Tapas Paul

El análisis crítico de nuestros enfoques y los de otros mejora el diseño

Una crítica al sector de desarrollo es que no compartimos nuestros fracasos a menudo y con total honestidad, y frecuentemente tratamos de reinventar la rueda sin ver la verdadera imagen del diseño y la aplicación. Ya es hora de que pongamos fin a estas prácticas y averigüemos qué funcionó y qué no, y cómo aprovechar fracasos o éxitos pasados, y veamos con ojos críticos nuestros enfoques de ejecución actuales.

Nuestra consideración del microfinanciamiento se derivó del análisis crítico de nuestro propio trabajo. Dos esferas clave llamaron la atención: la sostenibilidad a largo plazo de las instalaciones de agua, saneamiento e higiene en las comunidades; y la mala calidad de las superestructuras de letrinas instaladas por los hogares. La primera refleja una brecha en el flujo de mecanismos institucionales de financiamiento, más allá de la formación de grupos de usuarios o comités de gestión. A medida que avanza el desarrollo económico, los cambios en los estilos de vida significan que las personas tienen menos tiempo para participar en grupos comunitarios y hay una tendencia a la propiedad individual de los bienes y el acceso a los servicios. Por lo tanto, es preciso replantear seriamente esos acuerdos de contratación social, que se han basado sobre todo en la cooperación semiformal. Esta última cuestión se relaciona simplemente con la necesidad de crear una demanda de superestructuras de alta calidad, con mecanismos de financiamiento para la construcción por hogares individuales.

Este análisis nos animó a examinar detenidamente los enfoques alternativos de financiamiento de WASH y a repensar nuestra estrategia. Desde el principio hemos tenido cuidado de aprovechar los puntos fuertes tanto del microfinanciamiento como del WASH: las habilidades de movilización comunitaria y creación de demanda de los profesionales de la tecnología WASH convencionales; y las habilidades de los profesionales de microfinanzas para la evaluación financiera y la gestión eficiente de los instrumentos financieros.

A partir del análisis de las experiencias de otras organizaciones, observamos que mezclar estas dos habilidades distintas y considerar que un mismo individuo las posee no ha sido una estrategia exitosa. Si le pide a un oficial de microfinanciamiento que motive a las comunidades a invertir en superestructura de WASH, no está haciendo el mejor uso de sus habilidades especializadas para implementar un esquema financiero. Y no debe esperar que los agentes de promoción de WASH de primera línea funcionen de manera eficiente como oficiales de crédito, al menos no sin una formación rigurosa.

Dado que en las comunidades se dispone de ambos conjuntos de habilidades especializadas, creemos que es mejor que cada quien haga lo que sabe hacer en un proyecto común. Al mismo tiempo, no queríamos distorsionar las tasas de mercado prevalecientes para los productos de microfinanciamiento (entre el 20% y el 25% anual), considerando la sostenibilidad más allá del período del proyecto, o la institución microfinanciera no podría cubrir sus costos operativos sin subvenciones de donantes.

Nuestro proyecto de mejora de WASH con microfinanciamiento

Nos asociamos con SKS y ESDO para diseñar y ejecutar un proyecto piloto simple y escalable de microfinanciamiento de WASH (MWF) en los distritos de Gaibandha, Thakurgaon y Panchagar con el fin de mejorar las instalaciones de estos servicios en las comunidades rurales. El diseño incluyó la participación de grupos de microfinanzas y WASH de SKS y ESDO, para captar habilidades sobre tecnologías WASH, movilización comunitaria y creación de demanda, y protocolos para la evaluación y gestión de préstamos. Hemos fijado el punto de equilibrio en 21 meses, después del cual el esquema debería poder continuar sin subvenciones.

Al diseñar el esquema, tomamos en cuenta las lecciones aprendidas de los diversos tipos de préstamos ofrecidos por las instituciones microfinancieras —p. ej., préstamos de consumo, préstamos para la educación y préstamos de emergencia—, muchos de los cuales no generan rendimientos financieros inmediatos, a diferencia de los préstamos comerciales típicos. Invitamos a las alas de las instituciones microfinancieras de SKS y ESDO a dirigir el diseño y la implementación, en asociación con sus homólogos de WASH.

Elaboramos el esquema MWF con dos componentes integrales: un producto de préstamo para infraestructura WASH como inversión de capital; y ahorros para cubrir los gastos de operación y mantenimiento y reparaciones menores. La función de la contraparte de WASH era crear demanda de infraestructura de agua, saneamiento e higiene en la comunidad. Una vez que cualquier hogar se interesara en realizar una instalación de WASH, la contraparte le presentaría al equipo de microfinanciamiento en la sucursal más cercana.

Después se pedía al hogar que se inscribiera en un grupo microfinanciero cercano de su preferencia y siguiera siendo miembro regular. Después de abrir una cuenta de depósito, sería elegible para solicitar un préstamo WASH y otros servicios de crédito. La ONG WASH proporciona asistencia técnica para orientar al cliente sobre la tecnología, pero el cliente debe manejar el préstamo.

División clara de funciones entre la institución microfinanciera y la ONG

Lo singular del diseño de nuestro esquema MWF es la clara demarcación entre las funciones de la institución microfinanciera y las de la ONG (en este caso, bajo la misma gestión de SKS y ESDO). Las funciones de la ONG eran la creación de demanda, la asistencia técnica y el seguimiento; la unidad de la institución microfinanciera era responsable de la evaluación financiera, el desembolso de préstamos y la recuperación. Esta fue la característica única de nuestro modelo en la primera fase: cada grupo se encargaba de las tareas de su especialidad.

Cuando lanzamos el proyecto, WaterAid proporcionó fondos para cubrir el déficit operativo de las instituciones microfinancieras durante el plan, junto con personal adicional para la creación de demanda, compensando así los menores ingresos generados por los préstamos WASH, cuyo monto era inferior a la media de los préstamos de dichas instituciones. Estas proporcionaban el fondo de préstamos con recursos propios y eran responsables de cubrir los gastos administrativos con los ingresos derivados de los cargos por servicio. Hubo un esfuerzo deliberado para no distorsionar sus normas operacionales, reduciendo los cargos por servicio de los préstamos a fin de promover la sostenibilidad a largo plazo. La institución microfinanciera aportó más del 90% del financiamiento del esquema MWF durante dos años. El resto provino del subsidio operativo, que ya no sería necesario después de alcanzar el punto de equilibrio a los dos años.

Los resultados de la fase piloto fueron alentadores, por lo que, al entrar en la segunda fase, suavizamos la condicionalidad del componente de crédito para que los clientes utilizar una parte del préstamo para fines distintos de la construcción de inodoros o puntos de abastecimiento de agua. Esto permitió a las instituciones microfinancieras ofrecer productos de préstamo más atractivos para WASH sin comprometer el volumen promedio de sus préstamos. La opción de utilizar el préstamo para múltiples fines también sirvió de incentivo para los clientes cuando las comunidades más pobres no tenían acceso a servicios financieros asequibles. El resultado fue una alentadora tasa de recuperación superior al 99%.

Incorporación del microfinanciamiento de WASH e inclusión de los más pobres

Inspirados en la experiencia de nuestros proyectos piloto de MWF, en Bangladesh estamos considerando la posibilidad de incorporar gradualmente los componentes del MWF en la planificación estratégica y el diseño de programas. Sin embargo, existe una limitación en nuestro diseño actual: el paquete financiero estándar todavía no es adecuado para quienes viven en la extrema pobreza. Este segmento de las comunidades pobres necesita atención especial, con planes subvencionados. En el diseño de proyectos WASH para ellas, debemos explorar las posibilidades de incorporar subvenciones inteligentes mediante la creación de múltiples vínculos con planes públicos y de creación de mercados, a efecto de facilitar una «graduación» a partir de la pobreza extrema.

¿El MWF es adecuado para la mayoría o la totalidad de las instituciones microfinancieras, en Bangladesh? ¿Cuáles son los desafíos? Un estudio conjunto realizado en 2015 por el Grupo del Banco Mundial y Water.org (PDF) reveló que el riesgo asociado a los productos WASH es similar al de los productos de préstamo ordinarios, con una tasa de reembolso de más del 99%.

Es importante cambiar la mentalidad de las instituciones microfinancieras y los «Washwalas» (agentes de promoción WASH). Las dudas suelen ser mutuas: las instituciones microfinancieras dudan en reducir sus préstamos para fines aparentemente improductivos, como el WASH, mientras que las ONG históricamente han percibido esos servicios como un derecho básico de los ciudadanos y, por lo tanto, consideran que es responsabilidad de las autoridades y las comunidades de donantes suministrarlos.

Sin embargo, estas nociones están cambiando gradualmente. Nuestra experiencia demuestra que se pueden obtener resultados alentadores para las comunidades de bajos ingresos mediante una asociación estratégica entre instituciones microfinancieras y ONG WASH, centrándose cada una en sus capacidades específicas. De hecho, otro posible enfoque del financiamiento de WASH liderado instituciones microfinancieras que puede obtener un éxito aún mayor es un ala WASH dedicada dentro de la organización, especialmente en ubicaciones menos remotas.

Husne Ara Begum ayudando a lavarse las manos a su hija en Sunamganj Tahirpur, Bangladesh.
Husne Ara Begum ayudando a lavarse las manos a su hija en Sunamganj Tahirpur, Bangladesh.
Image: WaterAid/ Tapas Paul

Colaboración e integración en la nueva normalidad posterior a la COVID-19

En la nueva normalidad del mundo posterior a la COVID-19, los sectores financiero y de desarrollo deben reajustar sus intenciones estratégicas. La gente está más consciente que nunca de la importancia de la salud y la higiene de manos, y existe una necesidad apremiante de agua corriente e instalaciones para el lavado de manos en todos los hogares y comunidades, para que las personas puedan protegerse a sí mismas y a los demás de la pandemia.

La rápida promoción de la higiene a una escala sin precedentes en todo Bangladesh ha creado una oportunidad para que las instituciones microfinancieras se ocupen de la creciente demanda de financiamiento de productos e instalaciones WASH en las comunidades. Las ONG WASH pueden complementar esto con innovaciones en el diseño eficiente de productos WASH básicos, el fomento de la capacidad técnica de los empresarios locales en materia de agua, saneamiento e higiene y la facilitación de vínculos comerciales con las instituciones microfinancieras.

El microfinanciamiento está arraigado en la economía de Bangladesh: hay más de 750 instituciones microfinancieras registradas, y en 2017 el número de prestatarios activos con préstamos por un total de alrededor de US$7.897 millones y saldos de depósitos de más de US$5.038 millones ascendió a unos 27 millones. Gracias a la mejora innovadora y continua de los paquetes financieros, el microfinanciamiento se ha consolidado como un poderoso medio para contribuir al desarrollo sostenible y al empoderamiento de la mujer en las economías subdesarrolladas. Ahora es sumamente importante fortalecer la participación de las instituciones microfinancieras en la reactivación de la economía de Bangladesh después de la COVID.

Las instituciones microfinancieras tienen el legado de apoyar la recuperación de las economías locales con ahorros, préstamos de emergencia, blindaje crediticio y financiamiento a corto plazo para la vivienda tras desastres naturales. Ha llegado el momento de que incorporen el programa de mejora de la salud y la higiene mediante el WASH inclusivo en su programa de lucha contra la pobreza, de larga data. Deben fomentarse los vínculos entre el WASH y las instituciones microfinancieras, a fin de prepararnos para el nuevo panorama normal de la estrategia de desarrollo, el financiamiento y la ejecución.

Hasin Jahan es Director de País en WaterAid Bangladesh y Hossain I. Adib es Jefe de Ejecución de Programas en Acción Práctica de la Oficina de País de Bangladesh (y ex Jefe de Programas de WaterAid Bangladesh).