Las empresas juegan un papel clave para ayudar a las comunidades a resistir el cambio climático

7 minutos de lectura
Miniatura
Image: WaterAid/ Abir Abdullah

¿Es posible limitar el calentamiento global a 1.5 °C? Y, si es así, ¿qué papel pueden desempeñar las empresas? El analista principal sobre cambio climático de WaterAid, Jonathan Farr, reflexiona sobre el último informe del IPCC y destaca la función de las asociaciones entre organizaciones no gubernamentales y el sector privado en la creación de resiliencia al cambio climático.

El mes pasado, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) publicó su informe sobre los retos de limitar el calentamiento global a una ambiciosa cifra de 1.5 °C en lugar de 2°C, y las consecuencias de superarlo.

El informe hizo muchas advertencias importantes que ponen de relieve la necesidad de reducir urgentemente la contaminación por carbono y precisó la amenaza para el agua del mundo. Constató que las regiones con un riesgo desproporcionadamente mayor son los ecosistemas árticos, las regiones de tierras secas, los pequeños estados insulares en vías de desarrollo y los países menos adelantados.

Limitar el calentamiento global a 1.5 °C, en comparación con 2 °C, podría reducir el número de personas expuestas a los riesgos relacionados con el clima y susceptibles a la pobreza en hasta varios cientos de millones para 2050, y también disminuir la proporción de la población mundial expuesta a un aumento inducido por el cambio climático en el estrés hídrico hasta en 50 %.

Si bien el informe ganó con razón titulares, una advertencia aún más alarmante de China Water Risk también debería haber hecho que los políticos y las empresas tomaran nota. El informe No Water No Growth analizó las amenazas específicas a los 10 ríos más imponentes de Asia, que generan 4 billones de dólares y de los cuales depende 40 % de la población asiática. De hecho, solo uno de estos ríos, el Yangtze, sustenta a 43 % de la población china y 43 % del PNB, y produce 65 % de la cosecha de arroz de China. Sin embargo, estos ríos están amenazados por la excesiva abstracción, la contaminación y la degradación del medio ambiente, todo lo cual se ve exacerbado por el cambio climático.

Los hogares, las ciudades y las empresas dependen de un suministro confiable de agua, pero a medida que el mundo se calienta y el abastecimiento de agua se ve cada vez más amenazado, muchos se enfrentan a un futuro con poca agua, con un caos económico no muy lejano

En enero, Ciudad del Cabo apareció en los titulares como el destino turístico mundialmente famoso que se enfrentaba al Día Cero, el día en que el suministro de agua de la ciudad podría cortarse oficialmente. Mientras tanto, un informe reciente de la NASA demuestra que las aguas subterráneas en muchas regiones, incluyendo ciudades y pueblos en el norte y centro de la India, Bangladesh, Birmania, el sur de Madagascar y de Mozambique, y partes de California y Australia, se agotan drásticamente a medida que el cambio climático, junto con otros factores, se afianza.

Estos impactos no son casos extremos; son advertencias tempranas de una crisis que afectará el centro de la prosperidad mundial. Si alguna vez nos hemos dado el lujo de ignorar las amenazas a nuestros suministros de agua, esos días ya pasaron.

El informe del IPCC deja claro que un aumento mínimo de 1.5 °C en la temperatura está garantizado, y, de hecho, incluso algunos han bautizado esa cifra como “pensamiento mágico”. Hemos ido más allá de la mitigación y ahora debemos asumir seriamente el reto de aumentar la resiliencia y adaptarnos a un nuevo entorno. Para las comunidades con las que trabaja WaterAid, el reconocimiento de estos desafíos no está ocurriendo con la suficiente rapidez. Con la nueva capacidad de energía solar que superó a los combustibles fósiles y la energía nuclear combinada en 2017, podemos ver cómo la tecnología de bajas emisiones de carbono es ahora habitual, y cómo las finanzas públicas, los subsidios y la acción internacional han catalizado la inversión privada. Pero si bien todavía necesitamos ver más gasto en mitigación, el gasto en adaptación en 23,000 millones de dólares en 2016 fue solo de 6 % [Climate Policy Institute 2017] y la mayor parte de eso fue finanzas públicas.

Es hora de que las empresas y los inversionistas reconozcan este desafío de una mejora global en los servicios y sistemas de agua. Para 2030, la inversión en infraestructura de agua y saneamiento tendrá que ser de entre 0.9 y 1.5 billones de dólares al año, aproximadamente 20 % de la inversión total necesaria para infraestructura mundial. Alrededor de 70 % de esta cifra se hará en el Sur global, con una gran proporción en zonas urbanas de rápido crecimiento.

Algunos ya están tomando medidas. En noviembre del año pasado, HSBC anunció nuevos objetivos y compromisos para un futuro con bajas emisiones de carbono, además de otras iniciativas de sostenibilidad. Desde 2012, HSBC ha trabajado en asociación con Earthwatch, WaterAid y WWF a través de su Programa para el Agua para apoyar proyectos mundiales que promueven y conservan fuentes de agua potable. La iniciativa se basó en la realidad de que el agua es esencial para ayudar a las comunidades a prosperar y construir economías nacionales.

La resiliencia climática es una parte central del trabajo de WaterAid con HSBC en Bangladesh, trabajando juntos para crear servicios resistentes al clima en lugares como Dacope, donde el suministro de agua está agotándose como resultado del cambio climático, al tiempo que mejora la calidad y accesibilidad de las fuentes de agua. La aplicación de medidas, tales como elevar los punto de abastecimiento de agua por encima de los niveles de inundación y organizar sesiones de promoción de la higiene para ayudar a reducir la propagación de enfermedades transmitidas por el agua que prevalecen después de las inundaciones, puede tener un enorme impacto en la mitigación de los efectos del cambio climático. La seguridad del agua potable permite que los niños permanezcan en la escuela y las pequeñas empresas sigan creciendo.

Mujeres comunitarias posan para una fotografía después de recolectar agua de PSF, filtro de arena de estanque, en el sur de Dacope, Khulna, Bangladesh, marzo de 2018.
Mujeres comunitarias posan para una fotografía después de recolectar agua de PSF, filtro de arena de estanque, en el sur de Dacope, Khulna, Bangladesh, marzo de 2018.
Image: WaterAid/ Abir Abdullah

La asociación de HSBC con WaterAid refleja un cambio en las asociaciones de ONG privadas, en el que estamos viendo empresas progresistas que modifican las perspectivas del compromiso con el sector benéfico como cuestión filantrópica a una prioridad empresarial central. HSBC está incorporando elementos de gestión de la sostenibilidad y el agua, el saneamiento y la higiene (WASH) en sus estrategias empresariales para impulsar una mayor acción en cuestiones clave, como la seguridad del agua y el cambio climático. Las actividades empresariales pueden tener posibles impactos ambientales y sociales que deben gestionarse mediante prácticas y normas empresariales responsables. Por ejemplo, velar por que las empresas garanticen servicios WASH adecuados en el lugar de trabajo como mínimo.

Diageo, Gap Inc. y Unilever han trabajado con WaterAid a fin de desarrollar un caso de negocio para WASH, una guía para ayudar a las empresas a comprender y medir los beneficios económicos de invertir en agua, saneamiento e higiene, y así hacer valer más inversiones, al mismo tiempo que fomentan sus cadenas de suministro para tomar medidas.

Se estima que, por cada dólar invertido en agua y saneamiento, hay un retorno de 4 dólares en el aumento de la productividad. La guía tiene por objeto proporcionar argumentos microeconómicos para que una empresa demuestre el valor financiero de esta inversión, a fin de instar a una acción empresarial más amplia hacia el sexto Objetivo de Desarrollo Sostenible.

HSBC y WaterAid están poniendo en práctica la guía con el lanzamiento de un proyecto de tres años para prestar servicios esenciales de agua y saneamiento en fábricas de ropa y comunidades cercanas en Bangladesh e India que operan dentro de su cadena de suministro.

Diageo también ha desarrollado un Plan de agua, que tiene como objetivo reducir el uso de agua de la empresa a través de una mejora de 50 % en la eficiencia de su consumo, así como devolver 100 % de las aguas residuales de sus operaciones al medio ambiente de forma segura, y reponer la cantidad de agua utilizada en sus productos finales en zonas con estrés hídrico.

A nivel nacional, los agricultores, responsables de más de 70 % del uso de agua dulce, están avanzando cada vez más hacia procesos más eficientes con el agua. En la industria, el cambio hacia energías renovables lejos de los combustibles fósiles no solo reduce la contaminación, sino que también reduce drásticamente el uso del agua. Pero seguimos necesitando ver un cambio de paradigma en la voluntad política, aunado a la ambición y urgencia sin precedentes, si queremos hacer frente a este desafío mundial.

Los costos del cambio climático ya están entre nosotros, pero esperamos que los beneficios de tomar medidas no estén demasiado lejos. El acceso al agua potable no solo significa evitar la tragedia, sino que también es transformador para las comunidades, lo que puede permitir vidas más saludables, un aumento enorme de las perspectivas económicas, así como ciudades, pueblos y comunidades sostenibles para cientos de millones de personas.

Una versión editada de este blog fue publicada por primera vez en Ethical Corporation el 29 de noviembre de 2018. 

Más información sobre el trabajo de WaterAid sobre el cambio climático >