Llevar la moral y la ética a la vanguardia de la legitimidad de las ONG

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Image: WaterAid/Andrew McConnell

Robyn Waite, anteriormente funcionaria de políticas de WaterAid, es un estudiante de doctorado en la Escuela de Estudios Orientales y Africanosde la Universidad de Londres. Aquí explica su proyecto de investigación, que actualmente lleva a cabo en WaterAid: “Hacia una comprensión de la legitimidad moral y la ética aplicada de las organizaciones no gubernamentales de desarrollo”.

Algunas cosas que debe tener en cuenta mientras lee...

Antes de empezar, es importante señalar que mi investigación está específicamente interesada en las organizaciones no gubernamentales (ONG) internacionales del norte que busquen objetivos para mitigar la pobreza a largo plazo.

Un concepto clave de mi investigación es la legitimidad, que es una “percepción generalizada o suposición de que las acciones de una entidad son deseables, adecuadas o apropiadas dentro de un sistema de normas, valores, creencias y definiciones estructurado socialmente” (Suchman, 1995).

En mi investigación, distingo intencionalmente entre los términos “moral” y “ética”. La moral son las nociones establecidas de lo que es correcto (o bueno), mientras que la ética es la aplicación práctica de la moral establecida. Sin entender la ética, la moral puede carecer de sentido en la práctica y el análisis.

Legitimidad con derivación moral

Yo, como muchos académicos, argumento que la principal fuente de legitimidad de las organizaciones no gubernamentales se deriva de la moral. La percepción de que las organizaciones no gubernamentales son moralmente “buenas” ha fomentado el desarrollo de la confianza pública y ha facilitado su capacidad para hablar con autoridad, asegurar una mano de obra comprometida y atraer a diversos donantes. Debido a que la legitimidad de las organizaciones no gubernamentales se deriva principalmente de la moral, su existencia y práctica se sustentan (y juzgan) lógicamente en lo que llamaríamos “normas morales”.

Históricamente, la mera suposición de que una organización no gubernamental es un actor moral basta para garantizar la legitimidad para operar en el espacio del desarrollo internacional. Sin embargo, se está haciendo evidente que reclamar legitimidad moral ya no es suficiente; las afirmaciones deben corroborarse.

Estas demandas cambiantes sobre la legitimidad de las organizaciones no gubernamentales suponen amenazas a su legitimidad, especialmente teniendo en cuenta que hay un conjunto cada vez mayor de literatura empírica, así como un discurso de crítica prominente que plantea inquietudes acerca de si las organizaciones no gubernamentales están a la altura o no de su normas morales en la práctica.

Estas normas morales incluyen una comprensión normativa de las buenas prácticas ampliamente aceptadas en todo el sector (por ejemplo, los principios de eficacia de la ayuda para las organizaciones no gubernamentales), así como los valores declarados de las organizaciones no gubernamentales (por ejemplo, consulte los valores de WaterAid, ActionAid y Oxfam). Con el fin de fortalecer y defender los reclamos de legitimidad, las organizaciones no gubernamentales tendrán que ser cada vez más capaces de demostrar que aplican estas normas morales en la práctica.

Definición de normas morales

Y aquí radica el problema: las normas morales de las ONG actualmente no se comprenden bien ni en la literatura ni en la práctica. Esto no es sorprendente, dado el compromiso limitado entre los campos de la filosofía y los estudios del desarrollo, particularmente desde la perspectiva de la ética aplicada y las ONG.

Denis Goulet, pionero del emergente campo de estudio Ética del desarrollo, reconoce que “los eticistas llegaron tarde en la etapa de los estudios de desarrollo“ (pág. 5). Del mismo modo, en Ethical Questions and International ONGs: An exchange between Philosophers and NGOs, Horton y Roche (2010) afirman que “las cuestiones éticas planteadas por el desarrollo y la ayuda humanitaria aún no han atraído tanto la atención como las cuestiones éticas de muchos otros campos, tales como la medicina, los negocios y el medio ambiente“ (pág. 2). Como resultado, el sector de las ONG tiene actualmente una moral bien establecida (nociones de lo que es una buena práctica), pero carece de comprensión de la ética (cómo se aplica la moral en la práctica).

¿Qué significan las normas morales en la práctica para las ONG?

De esto se trata mi investigación: intentar desarrollar una comprensión de lo que significan las normas morales en el contexto de la práctica de desarrollo de las ONG. Lo haré realizando un estudio de caso exhaustivo de WaterAid, analizando cómo utiliza las normas morales a nivel institucional (tanto interna como externamente), y cómo el personal entiende y aplica las normas morales en su práctica diaria.

Al participar en esta investigación, WaterAid está demostrando valentía al estar a la vanguardia de la investigación actual e innovadora dentro del sector, al tiempo que se beneficia de un análisis exhaustivo de un tema muy pertinente para el aprendizaje institucional.

Entonces, ¿qué hace pertinente a esta investigación? Hasta que no tengamos una comprensión exhaustiva de la moralidad de las ONG en acción, su legitimidad moral (y los beneficios asociados de ser percibidos como una organización “legítima“) seguirá amenazada. Debido a que la legitimidad de las ONG es de naturaleza específicamente moral, esta investigación también tiene importancia para su ética aplicada; entender las normas morales en la práctica es un primer paso crucial para fortalecer la ética aplicada.

Los beneficios de la ética aplicada para las ONG

Como era de esperarse, la literatura emergente demuestra que la ética aplicada es esencial para ver que las normas morales cumplen con el propósito previsto. Por lo tanto, ir más allá de operar en un nivel de moralidad abstracta a la ética aplicada también redunda en el interés de la eficacia de la ayuda y de la relación calidad-precio.

No solo esto; también se ha demostrado reiteradamente que la ética aplicada promueve la práctica ética en todos los sectores mejorando la resolución de problemas dentro de los dilemas morales, equilibrando las relaciones asimétricas y mitigando los riesgos de toma de decisiones. Por último, las ONG podrían acoger con especial satisfacción la ética aplicada para su uso en las negociaciones con las partes interesadas clave, tales como donantes, socios, gobiernos y entes reguladores. Las ONG pueden utilizar su comprensión de la ética aplicada para rechazar las solicitudes que socavan su capacidad de respetar las normas morales en la práctica y, por lo tanto, amenazan su legitimidad moral.

Michael Edwards escribió recientemente que “la energía moral y la claridad de propósito que marcaron los primeros años de las ONG han desaparecido en gran medida”. ¿Es así? Dado que se ha llevado a cabo un análisis moral limitado dentro del sector de las ONG, esta afirmación es difícil de fundamentar. Quizás la energía moral de las ONG sigue siendo en gran medida prominente, simplemente no se comprende bien y, por lo tanto, no se comunica.

En cualquier caso, las ONG deben empezar a comprender y demostrar su moralidad en la práctica, no solo para fortalecer y proteger su legitimidad, mejorar la eficacia de la ayuda, promover la práctica ética y aprovechar las negociaciones, sino también para mantener la pertinencia en el sector.

Al tener que competir cada vez más con los actores con fines de lucro en el desarrollo, las ONG tendrán que empezar a expresar lo que las hace diferentes. En última instancia, lo que distingue a las ONG nos reitera que su legitimidad se deriva principalmente a nivel moral. Espero que mi investigación pueda ayudar en parte a la hora de dotar a las ONG de los conocimientos y herramientas necesarios para mantener y defender el curso de su causa moral.

Robyn Waite está en Twitter como @waiterobyn.