Nuevas investigaciones suscitan la alarma para nuestro amortiguador más preciado para el cambio climático: las aguas subterráneas
Nuestra investigación reveló la mala gestión y gobernanza de las reservas de aguas subterráneas en Bangladesh, Ghana, India, Nepal y Nigeria. Vincent Casey comenta sobre el impacto que tiene esto en los millones de personas que dependen de estos suministros, las repercusiones y lo que debe cambiar.
Nuestra investigación sobre la seguridad hídrica ha revelado una alarmante falta de gobernanza mundial y una pésima gestión de las valiosas reservas de aguas subterráneas del mundo, poniendo innecesariamente millones de vidas en peligro.
Cientos de millones de personas dependen de las aguas subterráneas para satisfacer sus necesidades diarias de agua. A medida que las poblaciones mundiales siguen creciendo y el cambio climático amenaza la seguridad hídrica, la extracción de aguas subterráneas parece la respuesta obvia para impulsar la producción de alimentos y la industria alimentaria.
Las aguas subterráneas se encuentran en casi todas partes y representan, por mucho, el mayor componente (30 %) de los recursos de agua potable no congelada del mundo. Proporciona una protección indispensable contra los impactos del cambio climático, actuando como amortiguador de los cambios en la disponibilidad y la calidad del agua en muchas partes del mundo, debido a su resistencia a la sequía y su baja susceptibilidad a la evaporación.
Ojos que no ven, corazón que no siente
Para los planificadores, los formuladores de políticas y los Gobiernos, el tema de las aguas subterráneas a menudo se reduce al dicho "ojos que no ven, corazón que no siente", lo cual deriva en que estas aguas son vulnerables a la sobreextracción y contaminación no regulada. Se trata de la materia prima más extraída del mundo, cuya extracción se triplicó desde la década de los años 1940 debido en gran medida a la Revolución Verde y al auge de la industria. El uso excesivo de estas aguas afecta su capacidad natural para compensar los problemas de la sequía cíclica y proporcionar un suministro fiable de agua potable de reserva, y amenaza con revertir los avances logrados con mucho esfuerzo en materia de suministro de agua y saneamiento.
Nuestra investigación multinacional ha revelado tanto una gran cantidad de datos faltantes como insuficiencia de disposiciones para la gestión sostenible de las reservas de aguas subterráneas. Emprendimos la investigación sobre cuestiones relacionadas con las aguas subterráneas y la sostenibilidad en cinco países: Bangladesh, Ghana, India, Nepal y Nigeria.
165 millones de personas en los países que estudiamos no tienen acceso a aguas subterráneas limpias cerca de sus hogares, y muchas dependen de fuentes inseguras de agua superficial, como ríos y estanques contaminados.
Las aguas subterráneas, que requieren poco o ningún tratamiento para hacerlas seguras para el consumo humano, son ampliamente consideradas como la solución a largo plazo para la crisis mundial de seguridad hídrica. Su importancia aumentará a medida que los proveedores de servicios de abastecimiento de agua respondan al crecimiento demográfico y a la aceleración del cambio climático.
Sin embargo, la dependencia en las aguas subterráneas será imposible, a menos de que se establezcan iniciativas para comprender, valorar y proteger mejor este recurso vital, convirtiéndolo en un aspecto central de las estrategias de adaptación al cambio climático. De lo contrario, nos enfrentamos a un futuro muy desalentador.
Datos poco fiables
Los resultados de nuestra investigación revelan cómo los datos poco fiables obstaculizan seriamente la gestión eficaz de las aguas subterráneas en los cinco países. Por ejemplo, en Nepal y Nigeria los registros suelen estar en papel o en formatos digitales incompatibles. En consecuencia, los Gobiernos carecen de la información necesaria para tomar decisiones informadas en materia de políticas, y los problemas no pueden identificarse y abordarse antes de volverse críticos.
Si la insuficiencia de datos no se controla, el monitoreo y la evaluación de la cantidad y calidad de las aguas subterráneas serán deficientes, lo cual significa que millones de personas no pueden depender de su suministro diario de agua.
Falta de control jurídico
Los hallazgos también muestran que la falta generalizada de control jurídico sobre la cantidad de agua subterránea que se extrae y quién lleva a cabo la extracción deja estas reservas vitales en alto riesgo de explotación. En Bangladesh, Nigeria y Nepal hay pocas leyes y políticas específicas para la gestión de las aguas subterráneas o bien, no se aplica la reglamentación actual. Por ejemplo, más de 35 millones de personas en Bangladesh están expuestas a concentraciones peligrosas de arsénico natural en su agua potable, que superan enormemente la concentración máxima legal, y no se han realizado esfuerzos para abordar este asunto.
Muchas comunidades corren el riesgo de no tener suficiente agua para satisfacer sus necesidades básicas en el futuro, en particular porque las fuentes de agua superficial pueden verse alteradas por el cambio climático, a menos que las aguas subterráneas se protejan. Esta falta crónica de aplicación de las políticas en materia de aguas subterráneas conlleva el riesgo de su sobreexplotación y contaminación.
Un uso más amplio e inteligente del agua, cuando sea posible, podría ayudar a los países a alcanzar un Objetivo mundial para garantizar que todos tengan acceso sostenible al agua y al saneamiento para 2030.
La investigación sobre seguridad hídrica se llevó a cabo con financiación de HSBC. Descargue el informe completo aquí.
Este blog apareció por primera vez en IndepthNews.net.
Vincent Casey es gerente sénior de WASH (Servicios de suministro de agua, saneamiento e higiene) —especialista en Agua— de WaterAid UK. Sígalo en Twitter en @VINNYCASEY2.