Un año en saneamiento: aspectos destacados del 2017

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Image: WaterAid/Chileshe Chanda - Completed improved latrines at a primary school in Monze District, Zambia.

El final de un año nos invita a reflexionar sobre los análisis, los momentos más destacados, lo mejor y lo peor, así como otras cuestiones similares. Entonces, ¿por qué no hacemos una reflexión acerca del saneamiento? Andrés Hueso de WaterAid, Jan Willem Rosenboom de The Bill & Melinda Gates Foundation y Michael Gnilo de UNICEF, nos comparten sus ideas.

En 2015, los líderes mundiales acordaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), incluida la meta de saneamiento universal para el 2030. En 2016 se definieron los indicadores para el seguimiento de los avances hacia los objetivos y se consideraron sus implicaciones en nuestras formas de trabajo. Por lo tanto, el final de 2017 parece un buen momento para hacer un balance de lo mucho (y lo bien) que estamos cambiando de marcha como sector, acercándonos a las mayores ambiciones del acceso universal que pretendemos ofrecer.

El informe GLAAS y el informe de referencia de los ODS de JMP fueron dos de los aspectos más destacados del año, presentando datos sobre nuestro punto de partida. Los informes muestran que, aunque el uso de los servicios básicos de saneamiento está aumentando y se han registrado algunos progresos en la asignación de recursos, tanto las tasas de uso como las asignaciones de fondos deben acelerarse mucho más.

Evoluciones positivas en 2017 que contribuyen a acelerar el progreso

En primer lugar, la voluntad política a nivel nacional, ampliamente reconocida como fundamental para el progreso en materia de saneamiento, ha aumentado gradualmente. Además de la prioridad sostenida asignada a la Misión Swachh Bharat (Misión India Limpia) en el programa del Primer Ministro de la India, Narendra Modi, hemos presenciado que Ghana creó un Ministerio de Saneamiento y Recursos Hídricos, Nepal cosechando los frutos de un movimiento social de saneamiento a largo plazo, y el líder chino Xi Jinping presionando hacia adelante con una "revolución del saneamiento".

Además, hemos visto mejoras en al menos tres desafíos clave del sector: adaptabilidad de los programas de saneamiento rural, aprendizajey colaboración.

En los programas de saneamiento rural, los planificadores y profesionales tienden a adherirse a uno u otro enfoque sin tener mucho en cuenta el contexto o pruebas de eficacia, a veces incluso de manera dogmática. Sin embargo, algunas iniciativas desarrolladas en 2017 apuntan a un cambio gradual hacia programas más matizados, adaptables y sensibles al contexto. Aunque en varios países se están llevando a cabo numerosos programas innovadores (el Enfoque por etapas en Filipinas y un proyecto piloto de subvenciones específicas en Camboya , por mencionar dos), lo más novedoso son los esfuerzos actuales por compartir y consolidar las experiencias y los datos disponibles sobre qué es lo que funciona, en dónde se encuentran y cuáles son las carencias.

Un ejemplo de ello es el Plan Internacional, la UNICEF y WaterAid que llevan a cabo un examen conjunto de los enfoques de saneamiento rural. Estamos tratando de romper los límites de los enfoques, analizando las herramientas y actividades que proponen, así como los elementos comunes y contradicciones, a fin de elaborar orientaciones más matizadas sobre cómo diseñar, costear y ejecutar programas.

Otro ejemplo, apoyado por investigadores, personal y una junta asesora mundial de expertos, es el proyecto WaSHPaLS financiado por USAID. El proyecto implica exámenes teóricos detallados del saneamiento total dirigido por la comunidad (CLTS, por sus siglas en inglés), la comercialización del saneamiento y los espacios recreativos higiénicos, e invertirá en algunas de las brechas de conocimientos detectadas hasta el momento.

Un tercer ejemplo es la colaboración del Centro de Conocimientos CLTS del Instituto de Estudios del Desarrollo con la UNICEF en un taller que reunió a profesionales que utilizaban diversos enfoques y dio lugar al documento de aprendizaje titulado "Llegar a las poblaciones más pobres y vulnerables".

Estos esfuerzos fueron notables por sí mismos, pero también como síntoma del creciente deseo por aprender y la utilización de pruebas para orientar el diseño y la ejecución de los programas. La tendencia del sector hacia ser menos anecdótica y más basada en la evidencia es algo que todos deberíamos alentar más allá del 2017.

Otro valor añadido de los esfuerzos destacados es que fueron muy colaborativos, cruzando los límites organizacionales. También se están realizando esfuerzos de colaboración similares en el ámbito del saneamiento urbano, donde cada vez más instituciones se están uniendo en torno a la iniciativa de saneamiento inclusivo a nivel de toda la ciudad, que establece algunos principios clave para la prestación de servicios de saneamiento urbano y trata de desacreditar siete mitos comunes.

A nivel nacional, también hemos visto surgir alianzas y redes de gestión de lodos fecales en países como la India y Bangladesh. Y, a nivel mundial, los socios de Saneamiento y Agua para Todos (SWA, por sus siglas en inglés) continúan convergiendo en torno a los cuatro comportamientos de colaboración con el fin de mejorar la cooperación y, por primera vez en la historia, en 2017 el SWA supervisó el desempeño de los gobiernos y los socios para el desarrollo en relación con estos comportamientos. Hay muchos más ejemplos que muestran una gran colaboración, y esperamos que esta sea una tendencia que crezca más y más fuerte en el futuro.

Nuestra lista de tareas para 2018 y más allá

En general, 2017 ha sido un año alentador, con algunos pasos que nos ayudarán a prepararnos para avanzar hacia los servicios universales. Nuestra lista de tareas pendientes para los años venideros sigue siendo extensa y puede parecer desalentadora. Pero todos podemos dar pequeños pasos y desempeñar nuestro papel, quizás empezando por enfocarnos nosotros mismos en la programación, el aprendizaje y la colaboración, además de asegurarnos de que reflejamos estas mejoras en nuestra práctica diaria del sector. Además de eso, sugeriríamos enfocarnos en estas tres tareas pendientes para el 2018:

1) Mejorar las finanzas. Necesitamos más financiamiento que proceda de diversas fuentes, que sea predecible, sostenido y orientado hacia donde sea más necesario.

2) Mejorar la práctica. Necesitamos utilizar las pruebas y la experiencia existentes para dar forma a nuestros esfuerzos en materia de políticas y programas, mejorando la escala, la calidad y el impacto.

3) Fortalecimiento del sector. Necesitamos desarrollar sistemáticamente la capacidad local, haciendo que el sector sea más eficaz y más capaz de aprender y de adaptarse en el camino.

Juntos, ¡podemos asegurarnos de que estas resoluciones no se vayan a la basura!

Andrés Hueso tuitea como @andreshuesoWA, Jan Willem Rosenboom como @Rozewater60y Michael Gnilo como @DrMichaelGnilo