Un deseo de Año Nuevo de agua, saneamiento e higiene y salud materna

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Image: WaterAid/Eliza Powell

En la Conferencia Mundial sobre la Salud Materna del Recién Nacido celebrada en México, la "integración" fue un concepto clave en discusión. Pero, ¿cómo se ve la integración en la práctica? Kate Norgrove, jefa global de Campañas de WaterAid, comparte su punto de vista sobre la intersección entre WASH y salud materna y neonatal.

Casi han pasado dos años desde que nació mi hija, y el recuerdo de estar sentada sola en casa diez días después, esperando una ambulancia y sangrando como un grifo, sigue conmigo. Recuerdo haber pensado cómo habría sido la experiencia si hubiera estado, digamos, en Sierra Leona.

Todo tipo de cosas me ayudaron a sobrevivir a la experiencia: una ambulancia, carreteras, un hospital, parteras y cirujanos capacitados. Pero una cosa en la que ni siquiera pensé fue si habría agua, inodoros y un sistema de alcantarillado en el hospital; por supuesto, lo di por sentado.

Parece obvio, ¿verdad? Las madres y parteras del mundo no deberían dar a luz ni trabajar en instalaciones sin tener lo básico; no obstante, casi el 40 % de los centros de salud de todo el mundo no tienen acceso al agua, y mucho menos al agua potable. No me imagino lo que sería tratar de evitar la propagación de enfermedades a madres y recién nacidos cuando no hay jabón ni agua para lavarse las manos o para limpiar un pabellón.

Campañas en todos los niveles

Una de las conversaciones más inspiradoras que he tenido recientemente fue con Rose Mlay, una activista de Tanzania que lleva años trabajando en salud materna. Ella dirigió una campaña para aumentar el acceso de las mujeres a la atención de embarazo de emergencia, parto y recién nacidos en la región de Rukwa, lo que resultó en que 81 miembros del parlamento apoyaran la causa y 16,500 personas firmaran una petición de “atención de emergencia cerca de nuestras hogares”.

Rose y muchos otros también colaboraron con el gobierno local para ayudarlos a responder a la campaña, lidiando con los numerosos bloqueos que les impiden prestar atención de emergencia. Apenas un año después y, como resultado directo de la campaña, el presidente de Tanzania ha ordenado a los 169 consejos de distrito que elaboren un presupuesto y una estrategia para prestar esta atención, e investigaciones recientes muestran que ahora se están logrando avances reales en Rukwa.

Este tipo de campaña —trabajar desde afuera del gobierno para resaltar el problema, desde adentro para desbloquear los desafíos del cumplimiento y hacerlo todo a escala para llegar a más personas a nivel distrital y regional— es extremadamente eficaz. WaterAid adopta este enfoque en muchos de sus programas por países y queremos hacerlo más en el futuro, especialmente cuando se trata de llevar agua e inodoros a los centros de salud.

Integración una y otra vez

Hablé con Rose en la Conferencia Mundial de Salud Materna del Recién Nacido en México, donde quedó claro que el agua y los baños finalmente están en la agenda mundial. De hecho, la “integración”, que nos gusta mucho en WaterAid, fue una palabra de moda en la conferencia.

Pero incluso estos expertos en salud materna y neonatal están confundidos acerca de cómo es esta “integración” en la práctica, y buscan pruebas sobre cómo hacerlo bien y el impacto que tiene. Hablar simplemente de quién sería la responsabilidad de arreglar un inodoro o un punto de agua en un hospital ayuda a pensar en la integración; aunque el propio hospital es responsable, en última instancia, se trata de que los ministerios de salud y agua colaboren para asegurarse de que los conceptos básicos estén ahí y se utilicen en primer lugar.

Una integración adecuada y efectiva requerirá un liderazgo libre de ego, una voluntad de renunciar al poder y trabajar bien con los demás. Son habilidades intangibles pero muy importantes. Los sectores del agua, el saneamiento, la higiene y la salud materna y neonatal tendrán que trabajar juntos mucho más de lo que hemos hecho hasta el momento, para ayudar a los gobiernos a elaborar políticas y planes integrados. Lo que se cuenta es lo que cuenta: los gobiernos deben rendir cuentas y se deben desarrollar y monitorear indicadores conjuntos para mejorar la salud de la madre y del recién nacido.

El 2016 está casi sobre nosotros. Termino el año llena de esperanza, entusiasmada con los Objetivos Globales y esperando que nuestros líderes impulsen el Acuerdo de París sobre el cambio climático. Sin embargo, este año también pensaré en las mujeres de todo el mundo que dan a luz, esperando que tengan las ambulancias, los hospitales, las parteras (así como el agua y los baños) que yo tuve.