El cambio climático nos amenaza a todos. Invertir en agua y saneamiento resilientes es más importante que nunca.

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Eveline Kabore transporta agua sucia recolectada de un agujero excavado en la arena, en un lecho de río parcialmente seco ubicado en Sablogo, Burkina Faso; enero de 2018.
Image: WaterAid/Basile Ouedraogo

El último informe del Panel Internacional sobre el Cambio Climático (IPCC) muestra un vínculo claro entre el cambio climático y el agua. Los líderes mundiales deben dar un paso adelante, comprometerse con reducciones sustanciales de las emisiones y garantizar que todos, sin importar dónde vivan, tengan una fuente de agua fiable y segura.

La actividad humana es sin duda la causa de cambios rápidos en nuestro clima, como el aumento del nivel del mar, el derretimiento del hielo polar y los glaciares, las olas de calor, las inundaciones y las sequías. Esa es la conclusión clave del último informe del Panel Internacional sobre el Cambio Climático (IPCC).

Según el informe, que representa el pleno conocimiento mundial hasta la fecha de la base física del cambio climático, es probable que las temperaturas aumenten más de 1.5 °C por encima de los niveles preindustriales en las próximas dos décadas. Esto no solo violaría la ambición del Acuerdo de Paris de 2015, sino que también traería una devastación generalizada y un clima aún más extremo, con mayor regularidad. Solo las reducciones rápidas y drásticas de los gases de efecto invernadero en esta década pueden evitar este colapso climático.

Esta noticia no es sorprendente. Ya sabemos que el aumento de las temperaturas globales afectará —y está— afectando a la vida en el planeta. Todos vivimos amenazados. Pero también sabemos que ahora solo tenemos una pequeña ventana de tiempo para solucionarlo.

El informe del IPCC también demuestra el claro vínculo entre el clima y el agua. Las largas sequías seguidas de graves inundaciones en muchas áreas devastan a las comunidades, en particular a aquellas que no tienen acceso a un servicio de agua gestionado de forma segura.

Hoy en día, 771 millones de personas siguen sin tener agua limpia cerca de sus hogares. Los sistemas de agua bien gestionados pueden proteger el acceso a suministros de agua confiables. Los sistemas de saneamiento decentes pueden resistir las inundaciones. Y, como hemos observado durante la pandemia de COVID-19, los comportamientos de higiene como el lavado de manos son una primera línea de defensa crucial contra la propagación de enfermedades.

En la actualidad, solo el 5 % del total del financiamiento climático mundial se gasta en ayudar a los países a adaptarse al cambio climático, y ese dinero no se destina a las comunidades más vulnerables al cambio climático. Este nivel de financiamiento es completamente inadecuado para la creciente crisis. Algunos de los países más vulnerables al cambio climático solo reciben 1 dólar por persona al año para invertir en agua.

Las nuevas estimaciones alcanzadas por WaterAid y Vivid Economics muestran que las inversiones en agua, saneamiento e higiene (WASH) proporcionan beneficios 21 veces superiores a sus costos iniciales. Esto significa que se podrían poner a disposición billones de dólares, todo ello mientras se promueve la salud, la igualdad y la sostenibilidad. Proporcionar el dinero para fortalecer el acceso a WASH como parte de la adaptación climática traería beneficios económicos a sociedades enteras.

En el periodo previo a la conferencia de las Naciones Unidas sobre el clima (COP26) en noviembre de 2021, WaterAid insta a todos los países de altos ingresos a aumentar significativamente la cantidad de financiamiento climático asignado a las medidas de adaptación. Esto incluye el cumplimiento de sus compromisos anteriores de dar la mitad de todo el financiamiento para la adaptación climática a comunidades vulnerables para ayudarlas a hacer frente a la dura realidad de vivir con el cambio climático.

El informe del IPCC presenta un posible futuro difícil de comprender. Los gobiernos, el sector privado y el público deben hacer cambios enormes para evitar que ocurra lo peor. Los líderes mundiales deben dar un paso adelante y demostrar que un futuro diferente es posible si se comprometen a reducir sustancialmente las emisiones, al tiempo que garantizan que todos, sin importar dónde vivan, tengan una fuente de agua confiable y apta para el consumo para que puedan resistir el cambio climático.

Jenny Fors es directora principal de políticas e incidencia política de WaterAid Suecia

Imagen superior: Eveline Kabore transporta agua sucia recolectada de un agujero excavado en la arena, en un lecho de río parcialmente seco ubicado en Sablogo, Burkina Faso, enero de 2018.