Mapeo del progreso y la ambición hacia 2030

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UNGA
Image: WaterAid/Margaret Batty

“¿Cuál es la historia que una organización se cuenta a sí misma que no es verdad?” Margaret Batty, directora de política global y campañas de WaterAid, celebra los progresos realizados desde el Informe del Comité de Desarrollo Internacional de la Cámara de los Comunes del Reino Unido sobre saneamiento y agua publicado hace diez años.

“¿Cuál es la historia que una organización se cuenta a sí misma que no es verdad?” Escuché que esta pregunta se hizo recientemente, y de verdad me llegó al corazón. Es tan penetrante que exige atención.

WaterAid es una organización optimista y nos gusta creer que el mundo está progresando para mitigar la crisis de agua, saneamiento e higiene (WASH). Pero, ¿así es o es una ilusión?

WaterAid también cree firmemente en ser una organización basada en la evidencia. Entonces, ¿qué mejor fuente de referencia para comprobar nuestra afirmación de progreso que el Informe del Comité Internacional de Desarrollo de la Cámara de los Comunes del Reino Unido sobre saneamiento y agua, publicado hace exactamente diez años, el 26 de abril de 2007?

Al mirar en retrospectiva en materia de WASH durante la última década, mi conclusión sería que todo es igual y, sin embargo, nada es igual. La agobiante crisis en materia de WASH, junto con la extrema pobreza, persiste. Unos 663 millones de personas siguen sin tener acceso a agua potable limpia y casi 2400 millones sin acceso a saneamiento decente.

Esto es simplemente inaceptable. No hay tiempo para la indulgencia. Todo el mundo debe tener acceso agua, saneamiento e higiene para 2030.

Motivos de celebración

No obstante, ha habido grandes éxitos en los últimos 10 a 20 años. Debemos reconocer y celebrar el progreso.

La mortalidad infantil mundial se ha reducido a la mitad desde 1990, y la meta mundial de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en materia de agua se cumplió cinco años antes, aunque debido en gran medida al rápido progreso en China.

También ha habido un cambio significativo en el discurso político en materia de WASH, en la atención y la ambición políticas. Veamos algunos ejemplos:

  • En 2007, el informe del Comité Internacional de Desarrollo de la Cámara de los Comunes habló sobre las “necesidades” de agua y saneamiento. En 2010 se acordaron los derechos al agua y al saneamiento en la ONU.
  • En 2007 existía muy poco debate político o se le daba muy poca atención al saneamiento. Por ejemplo, la meta de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en materia de saneamiento fue una reflexión tardía, añadida dos años después en 2002. Sin embargo, en 2008, el Año Internacional del Saneamiento aumentó la concientización y realmente hizo hablar a los responsables de la toma de decisiones, y en 2014, al margen de la Cumbre de la Unión Africana, el Banco Africano de Desarrollo firmó el “Plan de Acción de Kigali“ para mejorar en materia de WASH en diez países, movilizando 50 millones de euros. Este fue una señal prometedora de impulso político regional y compromiso con los objetivos de WASH.
  • El Objetivo de Desarrollo del Milenio de la Organización de las Naciones Unidas tenía por objeto reducir a la mitad el porcentaje de personas sin agua potable y saneamiento básico. Sin embargo, en 2015, la ONU aumentó enormemente las apuestas mundiales al comprometerse con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6, destinado al acceso universal al agua y al saneamiento, y ahora también se reconoce la higiene. Este nivel más elevado de ambición, tanto en términos de llegar a todos como de buscar niveles más altos de servicio, es algo revolucionario.
  • En 2007, los miembros del Parlamento británico exigieron un “Plan de Acción Global” para generar voluntad política, fortalecer la capacidad e instituir un cambio de comportamiento. La asociación Saneamiento y Agua para Todos se creó en 2010, y este mes celebramos la cuarta reunión bienal de los encuentros de alto nivel de la Asociación Mundial Saneamiento y Agua para Todos, una parte formal de las Reuniones de primavera del Banco Mundial en Washington D.C., donde los ministros de finanzas, desarrollo, agua y saneamiento se reunieron para abordar estos mismos problemas juntos, unidos por una visión común.
  • En 2007, el Comité de Desarrollo Internacional declaró que el Departamento para el Desarrollo Internacional y el sector WASH necesitaban trabajar en la interfaz de los servicios públicos esenciales (es decir, WASH, salud y educación). En 2011, la Organización Mundial de la Salud acordó sus primeras resoluciones sobre agua, saneamiento e higiene y salud, y en 2015 los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU reconocieron que WASH sustenta gran parte de la agenda de desarrollo humano, desde la cobertura sanitaria universal hasta el empoderamiento de las mujeres y las niñas.
Schoolchildren in high spirits after their school WASH club, Malawi, July 2015.
Estudiantes felices después de su club WASH escolar, Malawi, julio de 2015.
Image: WaterAid/Margaret Batty

Vivir nuestra misión con flexibilidad

WaterAid se enorgullece de haber contribuido de alguna manera a todas y cada una de estas evoluciones críticas del sector WASH, en colaboración con muchos socios y junto a muchas comunidades que trabajan y reclaman sus derechos al agua y al saneamiento. Nos hemos mantenido fieles a la misión y al enfoque, pero también tomamos en cuenta el sabio consejo de un líder del DFID que nos dio en un seminario en 2013: “No se dejen seducir por los números, aspiren a la innovación y el cambio”.

Nos adaptamos y no hemos temido ser pioneros en el cambio, por ejemplo, defender una agenda de fortalecimiento de sistemas sostenibles y trabajar para integrar WASH en los programas de salud y nutrición. Hemos crecido constantemente en confianza para ayudar a influir en el cambio transformacional que será fundamental para alcanzar los Objetivos Globales de la ONU.

“No vemos pobreza, vemos posibilidades”

Todos hemos aprendido que la política realmente importa para el progreso de WASH. Citando a Víctor Hugo, “la alcantarilla es la conciencia de la ciudad”. Es gratificante que el saneamiento haya aumentado la agenda política mundial durante la última década.

Y, sin embargo, el vaso proverbial puede parecer medio vacío. El consenso mundial sobre el desarrollo es frágil. Los titulares están dominados por el creciente nacionalismo y los actos de extremismo violento. El cambio climático y la crisis migratoria plantean desafíos enormes y sin precedentes. Un nuevo acrónimo ha entrado en nuestro léxico, “B2T“ (del inglés: billions to trillions), ya que tomará “miles de millones a billones” en nuevas finanzas para alcanzar los Objetivos Globales de la ONU. No obstante, el entorno fiscal es difícil y vemos que los presupuestos de desarrollo internacional están amenazados.

La recta final en cuanto a desarrollo y erradicación de la pobreza será la más difícil, ya lo sabemos. Así que debemos aferrarnos al hecho de que ha habido avances significativos y estamos avanzando hacia esa visión de un mundo en el que todos tendrán acceso al agua y al saneamiento para 2030.

Tenemos la responsabilidad y el privilegio de ser la primera generación que puede y debe ayudar a garantizar la mitigación de la pobreza extrema mundial y lograr que todos en todo el mundo tengan agua, saneamiento e higiene para 2030. Vaya desafío y vaya momento para ser un agente de cambio.

Como dijo el presidente del Banco Mundial, Jim Kim, a una audiencia en Londres este mes: “No vemos pobreza, vemos posibilidades. Debemos confiar en las personas pobres y aumentar nuestras aspiraciones de cumplir con las suyas. No crean a los detractores que dicen que no se puede lograr”.

Margaret Batty tuitea como @margaretbatty