Transformación de los sistemas de salud con agua, saneamiento e higiene
Para garantizar que todas las mujeres puedan dar a luz en un centro de salud con agua potable, baños decentes e instalaciones de higiene adecuadas, los gobiernos, los donantes, los investigadores y las ONG deben trabajar juntos e intensificar sus esfuerzos. Alison Macintyre, asesora de salud de WaterAid, presenta nuestro nuevo informe que muestra ejemplos de nuestro trabajo en la mejora del agua, el saneamiento y la higiene en la salud y el fortalecimiento de los sistemas de salud.
Motivar a las mujeres a dar a luz en un hospital o clínica que ofrezca atención médica básica ha sido una prioridad sanitaria mundial durante décadas. Se han obtenido grandes logros, ya que tres cuartas partes de las mujeres dan a luz con una partera calificada, lo que ha dado lugar a una reducción de 44 % de la mortalidad materna desde 1990.
Parece entonces anacrónico que, en marzo de este año, el Secretario General de la ONU pidiera medidas urgentes para mejorar el agua, el saneamiento y la higiene (WASH) en los centros de salud. Seguramente, un centro de salud sin instalaciones de WASH adecuadas no es aquel que pueda prestar atención a las mujeres, o, de hecho, a nadie. Podría suponerse que las primeras medidas adoptadas hace decenios para mejorar la salud materna se habrían sustentado en el suministró y la práctica de WASH. Lamentablemente, ese no fue el caso. En África subsahariana, un estudio realizado en siete países mostró que casi una cuarta parte de las instalaciones no cumplían con los requisitos básicos para prestar apoyo a servicios seguros, incluido el abastecimiento de agua. Como declaró Margaret Chan, exdirectora general de la OMS en la Asamblea Mundial de la Salud hace seis años:
“¿De qué sirve ofrecer atención materna gratuita y tener una elevada proporción de niños nacidos en centros de salud si la calidad de la atención es deficiente o incluso peligrosa?”
El daño está claro
Tan solo 2 % de los centros de salud de los países de ingresos bajos y medios proporcionan los cuatro servicios básicos de agua, saneamiento, higiene y gestión de residuos, tal como se define en el Programa Conjunto OMS/UNICEF de Monitoreo del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 6.
Aunque casi no hay investigaciones sobre los impactos en la salud de la insuficiencia de WASH en los centros de salud, es probable que aumente el riesgo de infecciones asociadas a la atención sanitaria, la propagación de la resistencia a los antimicrobianos y el riesgo de que las madres y los recién nacidos mueran de septicemia. Como se observó durante los recientes brotes de ébola y cólera, la insuficiencia de WASH puede reducir la eficacia al prevenir emergencias sanitarias y responder a ellas.
Desde la presentación del primer informe sobre la situación mundial de la OMS y UNICEF en 2015, que indica que 38 % de los centros de salud no tienen suministro de agua, 19 % carecen de saneamiento seguro y 35 % no tienen infraestructura básica de higiene, como lavabo y jabón, las comunidades globales en materia de WASH y de salud han progresado en abordar el problema:
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En la actualidad, existen indicadores acordados a nivel mundial para hacer un seguimiento de WASH en los centros de salud en el marco de los ODS, lo que permite a los países establecer metas y supervisar el progreso.
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Varias estrategias sanitarias importantes y directrices de la OMS, como el Plan de acción mundial para la resistencia a los antimicrobianos, las Normas de la OMS para mejorar la calidad de la atención materna y neonatal y los Componentes básicos de la OMS de infecciones, prevención y control, reconocen a WASH como elemento fundamental para lograr sus objetivos.
Menos charla, más acción
Sin embargo, las directrices no son suficientes. Los gobiernos y las instituciones internacionales deben adoptarlas, aplicarlas y reforzarlas. Esto requiere sistemas de salud sólidos, liderazgo y rendición de cuentas.
Sustentar las alarmantes condiciones de WASH en muchos centros de salud representa un abandono sistemático de WASH en los sistemas de salud y el financiamiento mundial. El problema de WASH debe abordarse en todos los elementos del sistema de salud, a fin de apoyar una gobernanza sólida, una rendición de cuentas y un monitoreo sólidos, la prestación de servicios de calidad, una financiamiento sostenible, una fuerza de trabajo bien capacitada y adecuada, y el suministro de las tecnologías y productos básicos adecuados.
También debe contar con un apoyo suficiente de financiamiento nacional e internacional. Solo mediante un enfoque bien financiado y a nivel de todo el sistema se mejorará hasta un nivel que pueda apoyar la atención sanitaria de calidad y el logro de una cobertura sanitaria universal.
Transformar los sistemas de salud
En los últimos cuatro años, WaterAid ha trabajado en asociación, principalmente con ministerios de salud y actores sanitarios, como la OMS y UNICEF, para impulsar la adopción de medidas a nivel nacional. Nuestro informe “Transformar los sistemas de salud: el papel vital del agua, el saneamiento y la higiene” pone de relieve panoramas prácticos de nuestro trabajo, demostrando cómo un enfoque de fortalecimiento de sistemas ha impulsado mejoras en el agua, saneamiento e higiene y, por lo tanto, la calidad de la atención en varios países. Los ejemplos provienen de diversos contextos en Malawi, India, Nicaragua, Malí, Birmania, Camboya, Tanzania y Uganda.
Se sacan varias lecciones clave de estos panoramas:
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El liderazgo a nivel nacional es esencial para que WASH se integre en las estrategias, políticas, directrices y sistemas de monitoreo en materia de salud.
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La coordinación es esencial y debe estar dirigida por los ministerios de salud para reunir y alinear a las partes interesadas multisectoriales para maximizar el impacto.
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Comprender lo que funciona a través de investigaciones sólidas sobre cómo se realizan mejoras en WASH garantiza que las intervenciones se basen en evidencia e impulsen de manera sostenible el cambio de comportamiento.
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Es crucial crear una fuerza de trabajo sanitario sólida con la combinación adecuada de habilidades para las necesidades sanitarias clínicas y no clínicas, como WASH.
El informe también muestra ejemplos de trabajo eficaz con las comunidades para impulsar la rendición de cuentas y la acción dirigidas por los ciudadanos, un elemento crítico, pero a menudo descuidado, para garantizar una atención de calidad. Como dijo Aruna B, una enfermera partera auxiliar en India:
“La gente me calla. Digo lo que pienso y no les gusta. Pero, si no lo hago, ¿de qué otra manera se resolverá la crisis aquí?”
Durante una reunión encabezada por la OMS y UNICEF celebrada en mayo, los expertos mundiales en salud convinieron en que el Llamado a la acción del Secretario General de las Naciones Unidas exige una intensificación de las actividades relacionadas con WASH en los centros de salud. Los esfuerzos deben centrarse en impulsar el cambio a nivel nacional, con el respaldo de actividades de incidencia política, financiamiento y apoyo técnico a nivel mundial.
Los delegados reconocieron que mejorar la calidad de la atención sanitaria mediante el fortalecimiento de los sistemas de salud es la manera de mejorar WASH en los centros de salud y que esos ejemplos, como los que destacamos en nuestro informe, son cruciales para dar forma a una acción global eficaz.
Llegar a todos con atención médica
Si queremos lograr una cobertura sanitaria universal, asegurando que todas las mujeres reciban una atención de buena calidad y segura durante el parto, todos los centros de salud deben contar con servicios básicos de WASH. Para alcanzar este objetivo, pedimos que se adopten medidas urgentes, dirigidas por los países y apoyadas a escala mundial.
Hacemos un llamado a los gobiernos para:
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comprometerse, invertir e implementar planes para mejorar WASH en los centros de salud a fin de cumplir con las normas mínimas mundiales y atender las necesidades de todos.
Hacemos un llamado a las comunidades globales en materia de salud y WASH para:
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coordinar y alinear los esfuerzos a nivel mundial y nacional;
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centrar la investigación en captar lo que funciona para impulsar servicios y prácticas sostenibles a largo plazo;
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centrarse en los esfuerzos en todo el sistema de salud.
Por último, pedimos una mayor inversión y compromiso de los asociados internacionales para el desarrollo y el financiamiento nacional, a fin de garantizar que los planes cuenten con el apoyo de los recursos necesarios para mejorar WASH.
Solo entonces, como destacó la Dra. Maria Neira, directora de salud pública y medio ambiente de la OMS, lograremos un servicio WASH que “... contribuirá enormemente a reducir la mortalidad, a aumentar la salud de las personas y a asegurar que nuestros centros de atención de salud estén equipados con lo que debería ser un derecho humano básico”.