Cómo mejorar la higiene en África Occidental protegerá contra el ébola, COVID-19 y otras crisis de salud

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Monica, 17 años, cruza el tablón de madera de la letrina sobresaliente de West Point, Monrovia, Liberia. Septiembre de 2016.
Image: WaterAid/ Ahmed Jallanzo

Mientras África Occidental presenta un nuevo brote de ébola, Maisie-Rose Byrne enfatiza que ahora es el momento de que los gobiernos actúen y hagan de esto un punto de inflexión para la higiene y la salud pública, a partir de nuestro nuevo informe sobre el estado de la higiene de la región.

El ébola ha vuelto: tres palabras que nadie quería oír. A medida que WaterAid West Africa publica su informe regional sobre el estado de la higiene, es un recordatorio aleccionador de las amenazas que se enfrentan en una región en la que solo 35% de las personas tiene acceso a instalaciones básicas de lavado de manos en el hogar.

El 14 de febrero, apenas un año desde los primeros casos de COVID-19 en la región, Guinea declaró una epidemia de ébola tras la muerte de tres personas y otras cuatro que se contagiaron en el sureste rural del país. Es el primer brote reportado en África Occidental desde que terminó una pandemia en toda la región hace cinco años tras cobrar más de 11,000 vidas. Sierra Leona y Liberia, que completan el trío con Guinea de los países que más sufrieron el ébola durante el mortal brote de 2013-2016, están en alerta máxima.

El director nacional de WaterAid Liberia, Chuchu K. Selma, utilizó las estaciones de lavado de manos a pedales del aeropuerto de Monrovia, Liberia, durante el COVID-19 en junio de 2020.
El director nacional de WaterAid Liberia, Chuchu K. Selma, utilizó las estaciones de lavado de manos a pedales del aeropuerto de Monrovia, Liberia, durante el COVID-19 en junio de 2020.
Image: WaterAid

La higiene de las manos es crucial para prevenir la transmisión de enfermedades

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la higiene básica de las manos como elemento crucial de la prevención y el control del ébola, junto con la gestión de casos, la vigilancia y el seguimiento de contactos, un buen servicio de laboratorio, entierros seguros y movilización social. Sin embargo, prepararse para responder a un brote de otra enfermedad altamente transmisible cuando menos de 1% de la población liberiana tiene acceso a instalaciones básicas de lavado de manos (agua y jabón) en el hogar ya está difundiendo el miedo por los débiles sistemas de salud de la región.

Los recuerdos del último brote de ébola aún persisten. Además de la impactante cifra de muertes, provocó que el crecimiento económico se desplomara y se detuvieran los arduos avances en el desarrollo. Pius Abdulai, director de programas de WaterAid Liberia, cree que la inversión en medidas de higiene y salud podría haber evitado una devastación tan generalizada:

Con un sistema de salud sólido, Liberia probablemente habría mitigado la propagación y el impacto del ébola, pero la débil infraestructura, la falta de recursos sanitarios adecuados y el mal comportamiento higiénico exacerbaron la situación.

Pero, ¿se han aprendido lecciones? Christian Lawrence, gerente sénior de incidencia política de WaterAid Sierra Leona, piensa que, si bien hay mucho por hacer, el gobierno ha progresado en cierto modo:

Durante el brote de ébola de 2016, nuestro gobierno se retrasó en tomar algunas decisiones vitales. Pero cuando se produjo el COVID-19, tomaron medidas preventivas tempranas, como activar sistemas de seguimiento de contactos y vigilancia antes de que los primeros casos llegaran incluso a nuestras costas. Esto fue muy alentador, pero necesitamos la misma planificación y priorización de las intervenciones higiénicas, tanto para responder eficazmente ahora como para aumentar la resiliencia frente a las futuras amenazas para la salud.

Los comportamientos de higiene son vitales no solo durante las crisis

La importancia de las buenas prácticas de higiene va más allá de ayudar a contener la propagación del COVID-19 y el ébola. Lavarse las manos con agua y jabón es una de las formas más eficaces de prevenir la propagación de muchas enfermedades comunes, proteger vidas y medios de subsistencia, y ahorrar miles de millones de dólares en costos asociados.

Sin embargo, los enfoques de la adopción de higiene sostenible en toda la región suelen ser débiles o fracasar, lo que deja a millones de personas atrincheradas en comportamientos higiénicos inseguros y sin acceso a infraestructuras de agua y saneamiento que salvan vidas.

Nuestro informe: el estado de higiene en África Occidental

En nuestro nuevo informe destacamos por qué la higiene es la base principal de los resultados sanitarios de calidad, junto con el agua potable y el saneamiento básico. Nuestra investigación reveló que la proporción de personas en África Occidental con acceso a instalaciones adecuadas de lavado de manos sigue siendo muy baja, y rara vez aumenta hasta 40% de la población (en Ghana, Mauritania, Nigeria y Malí). La pandemia del COVID-19 ha destacado además la inequidad en el acceso a los servicios básicos, tanto entre países como dentro de ellos.

Un importante cuello de botella en el mayor acceso puede atribuirse al escaso compromiso político de apoyar las intervenciones de higiene. Solo cuatro países de los 12 que encuestamos informaron que tenían políticas de higiene específicas, y hemos encontrado datos con respecto a que, incluso en los casos en que existen dichas políticas, suelen estar obsoletas o mal implementadas.

Agravado por una gran brecha de financiamiento, la persistente ausencia de presupuestos para cuestiones de higiene y una falta de seguimiento y evaluación eficaces, el estado de higiene en África Occidental necesita una inversión urgente y una priorización.

Djenebou, Seydou y Alimatou, estudiantes y miembros del club de higiene de la escuela de su pueblo, de pie con escobas junto a un bloque de letrinas escolares. Distrito de Kati, región de Koulikoro, Malí.
Djenebou, Seydou y Alimatou, estudiantes y miembros del club de higiene de la escuela de su pueblo, junto a un bloque de letrinas escolares. Distrito de Kati, región de Koulikoro, Malí.
Image: WaterAid/ Basile Ouedraogo

Entonces, ¿qué deben hacer los gobiernos para mejorar la higiene?

1. Aumentar de forma urgente y significativa la inversión en infraestructura y promoción de higiene, dando prioridad a los que corren mayor riesgo con los brotes de COVID-19 y ébola.

2. Fortalecer los procesos de monitoreo y rendición de cuentas para garantizar que las políticas de higiene:

  • Aborden los cuellos de botella identificados.
  • Se implementen de forma eficaz y sostenible.
  • Cuenten con el respaldo de planes nacionales de inversión claros.
     

3. Aumentar la eficiencia de la coordinación de la higiene, incluida una mayor variedad de partes interesadas y aumentar progresivamente la gran innovación que hemos presenciado durante las respuestas de emergencia al COVID-19.

Un punto de inflexión para la priorización e inversión en higiene

Desde brotes recurrentes de cólera y la pandemia de COVID-19, hasta la nueva amenaza de repetir los efectos devastadores del ébola en las vidas y los medios de subsistencia, la importancia de una buena higiene ahora es más clara que nunca en África Occidental.

Lavarse las manos con jabón sigue siendo la primera línea de defensa contra las enfermedades infecciosas, y un aspecto clave de las recomendaciones de salud pública de la OMS para la prevención y el control del COVID-19 y el ébola. La crisis sanitaria actual en la región debe ser el punto de inflexión para priorizar la higiene y la inversión.

Maisie-Rose Byrne es directora sénior de Campañas de África Occidental en WaterAid. Sígala en Twitter, en @MR3Byrne, y a WaterAid West Africa en @WaterAidWAfrica.

Imagen superior: Monica caminando por el tablón de madera de la letrina sobresaliente de West Point, Monrovia, Liberia.