Día Mundial del Retrete: la necesidad urgente de acelerar el progreso hacia el saneamiento

El Día Mundial del Retrete es una oportunidad para celebrar el poder de los retretes. Pero hay una crisis mundial de saneamiento: 1500 millones de personas en el mundo no tienen un retrete propio decente. En este blog, Andrés Hueso analiza la urgencia de acelerar el progreso hacia el acceso universal a un saneamiento gestionado de manera segura, y cómo los países y los donantes pueden superar las barreras que frenan el progreso.

La mayoría de la gente a la que le deseo un “Feliz Día Mundial del Retrete” piensa que estoy bromeando y que el día no existe. A menudo tampoco son conscientes de lo grave y mortal que es la crisis mundial de saneamiento; 1500 millones de personas en el mundo, casi una de cada cinco, no tienen un servicio básico de saneamiento. Esto le cuesta a las personas su dignidad, salud, prosperidad e incluso, a veces, vidas, con un saneamiento inadecuado que representa 564,000 muertes por enfermedades diarreicas en todo el mundo cada año.

Los retretes son poderosos.Mantienen a las personas a salvo de situaciones como enfermedades y acoso, y son vitales para la igualdad de género y la mitigación y adaptación al cambio climático.Y cuando las personas tienen un retrete decente, tienen más oportunidades de obtener educación, ganarse la vida y construir un futuro mejor porque no tienen que dejar de ir a la escuela o al trabajo porque no están bien o están en su periodo.

La comunidad internacional reconoció el saneamiento como un derecho humano a principios de siglo. En 2015, cuando 193 países firmaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), se comprometieron a garantizar que todos tuvieran acceso a servicios de saneamiento gestionados de manera segura para 2030. Es decir, instalaciones mejoradas que no se comparten con otros hogares, y donde los desechos humanos se eliminan de manera segura allí o se eliminan y tratan fuera del sitio. Entonces, ¿qué tan lejos estamos de lograr esto?

¿Qué progreso se ha hecho?

Es alentador que los países hayan asumido compromisos reales con el saneamiento: solo que estamos en 2023, a mitad del plazo de los ODS, y muy pocos están igualando su compromiso con una acción efectiva.

Pero hablemos primero de las buenas noticias. Desde 2015, la población mundial con acceso a servicios de saneamiento gestionados de manera segura aumentó del 49% al 57%; del 36% al 46% en las zonas rurales y del 60% al 65% en las zonas urbanas. Países como India y Nepal han logrado avances significativos, incluyendo la reducción drástica del número de personas que defecan al aire libre. 

La mala noticia es que 3500 millones de personas en el mundo, casi una de cada dos, no tienen un servicio de saneamiento gestionado de manera segura. Y para lograr la cobertura universal de servicios de saneamiento gestionados de manera segura para 2030, las tasas actuales de progreso deben aumentar cinco veces. En los países menos desarrollados, el progreso debe multiplicarse 21 veces.

Los países deben ser más rápidos para garantizar que todos tengan acceso a un retrete decente para evitar millones de muertes.Al mismo tiempo, deben gestionar mejor los desechos fecales para evitar que contaminen el medio ambiente y los cuerpos de agua; de lo contrario, corren el riesgo de ver solo reducciones modestas de enfermedades.

¿Qué está frenando el progreso?

Estos son algunos de los desafíos que vemos que frenan que los países proporcionen servicios de saneamiento gestionados de manera segura:

• Inversión política y financiera.Rara vez vemos suficiente liderazgo político y priorización para abordar la crisis de saneamiento, o roles y responsabilidades claramente definidos para garantizar una acción coordinada.Y cuando se asigna dinero al saneamiento, ya sea de los presupuestos gubernamentales o de donantes, su focalización, puntualidad y equidad a menudo son subóptimas.
• Definición limitada de saneamiento.Muchas políticas y programas no se han puesto al día con la idea de que el saneamiento es un servicio de componentes interconectados que incluye la captura, contención, tratamiento y eliminación de desechos humanos.En cambio, todavía vemos iniciativas a corto plazo que solo se centran en la infraestructura, carecen de actividades de desarrollo de capacidad y no incorporan consideraciones de género y equidad, que son necesarias para lograr el acceso universal.
• Hablar de saneamiento es tabú.Los políticos y los donantes suelen preferir las oportunidades fotográficas de las aberturas de carreteras, en lugar de las de bloques de retretes, y prefieren hablar de agua potable en lugar de lo que la está contaminando.Incluso las familias de profesionales del sector de saneamiento evitan las conversaciones relacionadas con el trabajo. De hecho, el Día Mundial del Retrete se estableció hace más de una década para cuestionar este tabú.

¿Cómo aceleramos el progreso?

Lo primero que necesitamos es liderazgo. En países y regiones que han logrado avances significativos, como Asia oriental en el siglo XX o la India más recientemente, los defensores políticos han desempeñado un papel fundamental. Los líderes pueden hacer una gran diferencia al hacer del saneamiento una prioridad nacional y al impulsar la colaboración y perseguir el progreso.

Posteriormente,debe existir un aumento sustancial y sostenido de la inversión en sistemas de saneamiento. Las asignaciones deben poner la equidad y la sostenibilidad del servicio en el centro, y se deben abordar las barreras para usar estos fondos.Al final del día, son las personas interesadas y competentes y los sistemas institucionales eficientes los que hacen posible convertir el dinero en resultados reales de prestación de servicios de saneamiento.

Entonces, necesitamos un cambio hacia un enfoque inclusivo. Esto significa ofrecer servicios de saneamiento de calidad que sean accesibles para todas las personas, incluyendo mujeres y niñas, personas con discapacidad, grupos marginados y aquellos que viven en la pobreza extrema. Los países deben reconocer que esto requiere esfuerzos específicos, como la reforma de políticas, nuevos programas y un aumento sustancial de la capacidad, pero es alentador que muchos ya hayan comenzado a avanzar en esta dirección.

Al celebrar el Día Mundial del Retrete, recordemos la urgencia de acelerar el progreso, pero también reflexionemos sobre cómo todos podemos contribuir a abordar los desafíos que enfrentan los países y llevar adelante esta agenda. Si bien muchos de estos cambios deben ocurrir a nivel nacional, la comunidad de donantes puede brindar apoyo, incluso volviendo a poner el saneamiento en la agenda mundial, particularmente a medida que nos acercamos a la COP28 a finales de este mes, y aumentando los presupuestos de ayuda y el financiamiento climático para el saneamiento resiliente al clima.

Este blog se basa en el análisis y las reflexiones capturadas en el documento de política de WaterAid “Poner fin a la crisis del agua, el saneamiento y la higiene juntos: prioridades políticas para acelerar el progreso”, que analiza los bloqueos al progreso del agua, el saneamiento y la higiene, y establece recomendaciones de políticas para que los gobiernos nacionales, donantes y encargados de tomar decisiones aceleren el progreso.

Andrés Hueso es analista principal de políticas  de saneamiento en WaterAid.

Imagen superior: Afsana fuera de las nuevas instalaciones de WASH en Satkhira, Bangladés. Diciembre de 2022.